No me mueve mi Dios para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueves el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor; muéveme el verte
clavado en un Cruz y escarnecido
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muéveme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme en fin tu amor, de tal manera
que aunque no hubiera cielo, yo te amara
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
porque, aunque lo que espero no esperava
lo mismo que te quier, te quisiera.
[atribui-se à vários autores, dentre os quais o poeta místico São João da Cruz.]
Assinar:
Postar comentários (Atom)
Nenhum comentário:
Postar um comentário